martes, 2 de febrero de 2021

HABLEMOS MEDIANDO

Si pronuncio las palabras “pandemia” y “coronavirus”, lo primero que siento es un pequeño escalofrío y una sensación de irrealidad. ¿Cómo es posible?, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Después, a mi mente llegan vertiginosas imágenes de personas encerradas en sus casas, saliendo a ventanas y balcones para aplaudir y cantar al son de “Resistiré” y entonces, sin querer, pienso en mi vecino; ese antiguo desconocido, tan ruidoso, tan irrespetuoso; el que nunca me saludaba cuando nos encontrábamos por la calle. Años aguantando en silencio su tele a todo volumen y limpiando las hojas de sus plantas descuidadas que caían sin cesar en mi casa. Recuerdo nítidamente un día que coincidimos en la ventana, a las 8 de la tarde. Le saludé, porque me parecía una falta de educación no hacerlo y le pregunté por su hijo, que se fue de España buscando trabajo. Vi su cara de sorpresa y él respondió a mi saludo y también me preguntó por mis hijos. Esta escena se repitió muchas veces durante el confinamiento y, para mi sorpresa, le encontré varias veces en mi puerta, barriendo las hojas de sus plantas y disculpándose por ensuciar tanto. Me dijo que no entendía cómo no me había quejado y yo, casi sin oírme a mí misma, le dije que a veces, lo que más me molestaba era su tele, porque casi la oía más que a la mía. No diré que haya cambiado totalmente la situación, pero ahora sí me saluda y a veces, cuando se da cuenta de que estoy cerca, baja el volumen de su tele. Creo que es un primer gran paso. Sonrío satisfecha ante esta pequeña historia, porque confirma el valor de la primera pregunta que siempre planteamos en el Servicio de Mediación Vecinal cuando nos llega un caso: ¿Has hablado de este conflicto con tu vecino? Por eso nuestro lema es “TENDIENDO PUENTES DE COMUNICACIÓN” Pepa Cuenca. Servicio de Mediación Vecinal de Rivas Vaciamadrid. 2 de Febrero del 2021

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