La mediación en España, como en
muchos países de Europa, es ya una profesión reconocida y, como cualquier profesión que se precie, requiere
de un aprendizaje teórico-práctico, de un saber y un saber hacer, que se define
con unas características propias y una manera de proceder concreta.
En Rivas, encontramos mediación en muchos ámbitos y contextos. Como profesión remunerada existen diferentes profesionales de la mediación, entre ellos, mediadores familiares, interculturales, comunitarios... Se utiliza, con muy buenos resultados la mediación escolar en colegios e institutos, Como herramienta educativa y forma de gestión de los conflictos de ámbito escolar.
Y como forma de participación ciudadana, la mediación se lleva a cabo en el ámbito vecinal, siendo ésta gestionada e impartida por vecinas y vecinos del municipio, formados en técnicas de resolución de conflictos, que realizan esta labor voluntaria y altruista con el sano propósito de contribuir a mejorar la convivencia en el barrio participando en la vida social y comunitaria en los problemas que les afectan.
Estas personas voluntarias,
vienen desarrollando esta labor durante casi una década. En estos años han
recibido periódicamente formación y reciclaje y se han perfeccionado con la
práctica.
El protocolo de actuación creado
para la mediación vecinal en 2006, conformó su cuerpo teórico tomando como principal
referencia el modelo transformativo o relacional, atribuido a Baruch y Folger, cuyos
conocimientos plasmaron estos autores
americanos en el libro titulado “La promesa
de la mediación” en 1994.
¿Por qué eligió Rivas como base teórica prioritariamente la escuela transformativa para la mediación vecinal? Porque este modelo se centra en la transformación de las relaciones, y, frente al primer modelo, “Modelo Harvard”, que había surgido unos años antes, concretamente en los años 70, y que se centra en el acuerdo, dejando de lado el componente emocional " considera la mediación una oportunidad de desarrollo moral de las personas, marcándose como objetivo más inmediato, el de favorecer el diálogo entre las partes, fomentando la responsabilidad, el reconocimiento del otro y la comprensión y, como meta a más largo plazo, confía en que este proceso haga calar en el municipio una cultura de paz."
Se considera que este modelo
transformativo, llamado también relacional, encaja mejor con el ámbito vecinal al que se
dirige, pues los vecinos y vecinas comparten espacios, lo que conlleva que se relacionen e incluso, en muchas ocasiones, con el paso del tiempo, se den casos de buena
amistad.
Como en cualquier convivencia, el
conflicto puede surgir en cualquier momento, y si no se gestiona
convenientemente, irá creciendo como una bola de nieve, deteriorando la
relación de buena vecindad y generando un clima de convivencia malsana.
Las personas que acuden a mediación, por
regla general, vienen con una gran tensión emocional, que es muy necesario
trabajar; a veces con sensación de
impotencia porque no encuentran la forma de hablar con su vecino o vecina y se sienten
incapaces de abordar el problema, se encuentran atrapados en un bucle del
que es muy complicado salir sin ayuda externa.
Este enfoque transformativo y
relacional tiene pues la prioridad de transformar la
relación entre las partes.
La mediación vecinal en Rivas, si
bien desde sus comienzos se apoya básicamente en el modelo transformativo o relacional
por los objetivos que persigue, no obstante, a medida que viene avanzando en
experiencia y formación, se ha ido
nutriendo de técnicas y herramientas de los otros modelos, incluido el modelo
narrativo de Sara Cobb, que se centra tanto en la modificación de las
relaciones como en el acuerdo, pues un mediador formado y experimentado, a mi
juicio, debe conocer los distintos enfoques, y decidir aplicar la estrategia que considere más pertinente en el momento más adecuado, en función de las
peculiaridades de cada situación y de la fase del proceso de mediación en que
se encuentre.
María Maqueda, mediadora vecinal voluntaria de Rivas
(1/3/15).