martes, 1 de diciembre de 2015

“Me oyes, pero no me escuchas”.
Leyendo el País Semanal de este domingo 29 de noviembre de 2015, el artículo de psicología de Miriam Subirana, “SABER ESCUCHAR”  me ha dado que pensar, comienza con un “¿Siente alguna vez que no le escuchan? Si es así, revísese. Puede ocurrir que el que siente que no es escuchado es porque no escucha a los demás.
Se lo cuento a mi hijo de 21 años y me dice: “…eso te pasa a ti todos los días, no me escuchas” y cuantas veces me he sentido no escuchada, como que no interesa lo que tienes que contar, y si esto ocurre muy a menudo va haciendo mella en tu autoestima, en tú día a día, quizás comiences a echar la culpa a otros de lo que a ti te pasa, que ellos son los responsables de tus males. Cuán importante es escuchar, prestar atención a lo que se nos dice.
El artículo dice entre otras cosas las siguientes:
“Nuestra mente está cargada de información y de pensamientos que van hacia todas direcciones. Seguramente atiende distintas voces: la de su rol, la de su responsabilidad, las de su pasado, la de la opinión de otras personas, la de sus deseos insatisfechos, la de su lógica racional, la voz de sus miedos y preocupaciones, y la de su intuición, su conciencia… Saltamos de un canal a otro sin centrarnos. Estamos dispersos en muchos temas. Cuando su mente está hablándole a todas horas, ¿qué calidad tendrá su escucha? ¿Puede silenciar su mente para prestar atención a su intuición y para escuchar al otro con total interés? Es decir, pendiente de sus gestos, sus sentimientos, su vibración, sus palabras, los sonidos que las acompañan, los contenidos de lo que narra, su expresión facial. Para lograrlo debe silenciar su mente y estar presente. ¿Cómo? Parando, respirando, tomándose un tiempo para desacelerar. Desconectar de los ruidos externos para tratar con los ruidos que hay en su interior, y hacer limpieza. Cada día. Al igual que saca la basura de su casa a diario, despréndase de la basura mental cada día.
Sólo cuando la mente está quieta somos capaces de ver con claridad y de oír plenamente (Erica Smith).
Llevo sólo un mes en el servicio de mediación vecinal de Rivas Vaciamadrid, como estudiante en prácticas del Grado en Educación Social, pero algo va cambiando en mí, el valor que le daba a la comunicación, sí, claro que sabía lo importante que es expresarse bien, comunicar adecuadamente, tener una escucha activa, etc., etc., pero andaba tan ocupada, pensando constantemente en mis cosas, en mis problemas, que no permitía “el escucharme ni el escuchar”.     
El artículo continúa, yo he querido rescatar esta parte y contar como el equipo que forma el servicio de mediación vecinal, compuesto de personas voluntarias formadas en mediación, llevan a cabo esa escucha, ese olvidarse de ellas/os cuando están en un proceso de mediación para, con todos sus sentidos ESCUCHAR a esos vecinos que tienen algún conflicto, facilitándoles que entre ellos puedan escucharse y llegar a una solución a sus conflictos.
Estoy aprendiendo mucho más de lo que, en principio, pensaba, algo que me servirá para toda la vida y quería compartirlo con todos vosotros.     
                                                      Servicio de Mediaciòn Vecinal Rivas-Vacviamadrid

                                                       Colaboradora:

                                                       Josefa Pérez   (29/11/2015)